martes, 13 de mayo de 2008

Los sueños: el inconciente, el deseo reprimido y la desesperación.

¿Nunca soñaron algo que los traumatizó y que les encantó? De cualquiera de las dos maneras es molesto: la primera porque, como los sueños suelen ser algo tan real, por instantes se cree que lo ocurrido en el sueño en verdad pasó, ya sea que se refiera a un accidente de caulquier tipo (físico o emocional), distintos tipod de actos, emociones que no queremos sentir; por el contrario, cuando se trata de un sueño hermoso, en el que todo nos sale bien, en el que nos encontramos con las personas que más amamos, todo es perfecto... Ambos tipos de sueño, al despertarnos, nos deja con un sentimiento incómodo, en el primer cosa por haber visto eso que no queríamos ver, y en el segundo caso porque lo que vimos no era la realidad.

El inconciente suele jugar con nuestra mente en nuestros sueños: nos muestra sentimientos que no queremos aceptar, caminos que podrían llegar a tomarse, riesgos que se pueden llegar a correr. Lo bueno es que después de verlos uno es quien decide si volverlos realidad o no. Un ejemplo: verse a uno mismo en un sueño besando a una persona. Puede significar que, aunque no nos hayamos dado cuenta concientemente, sentimos una atracción por esa persona. Vimos la posibilidad de estar con esa persona y es momento de que uno decida si esa oportunidad de llevará a cabo o no. Se puede llegar a complicar más si en ese mismo sueño, por ejemplo, nos vemos junto a una persona que no es de nuestro más sincero agrado.
El deseo reprimido puede distinguirse también dentro del juego del inconciente al vernos en situaciones como las nombradas anteriormente.

Por último, la desesperación o el deseo incumplible, también se traduce en nuestra mente como un sueño: el deseo de llevar a cabo X acto y que en nuestra vida real no podamos por Y motivos, porque Z impedimentos, por Q trabas que nos ponemos y que nos ponen. Pero cuando llega la noche y cerramos nuestros ojos, y todos los pensamientos se ordenan y los impulsos eléctricos empiezan a recorrer nuestras cabezas, las imágenes comienzan a aparecer y por algunas horas todo es fácil, y nada es imposible. Y de repente somos lo suficientemente valientes como para confesarle al mundo nuestro amor, para llevar a cabo todos los actos que despiertos no nos atrevemos. En este sentido si, todo es perfecto, todo es justamente lo que necesitamos.


Finalmente es despertar llega con una nueva salida del sol (una alarma, bocinas del forro de enfrente que siempre bocifera a las 7 de la mañana, no importa que sea sábado, la llegada de un mensaje de texto, un llamado, etc), y ese mundo de alegrías o actos indeseados desaparece, y volvemos a ser, una vez más, los mismo cobardes que no se animan a llevarse el mundo por delante, a darle un beso a la persona que tanto se anhela, a decirle "te quiero" a alguien por el miedo al rechazo...

1 comentario:

Elige de Nuevo dijo...

los sueños: nuestro escondite mas profundo donde nos sentimos libres de actuar, xq es el unico lugar en el que la entrada no es violable, solo entran aquellos a quienes se lo permitimos. alli se desencadenan tormentas de sentimientos que uno guarda... la bronca, el odio, la angustia, la melancolia, el amor...

el deseo reprimido: si por un dia fueramos otro, si nos regalaran un dia en un cuerpo ajeno, prometiendonos que nadie lo va a saber, y que al otro dia ya se vuelve a ser uno, que no hariamos??
iriamos y le diriamos a todas esas personas lo que pensamos de ellas y que a veces es taan dificil xq no nos quieren escuchar; le robariamos un beso a esa persona que amamos tanto con el corazon pero que a la q nuestra cobardia no nos permite abrirnos por miedo al rechazo; en fin, que no hariamos?? por una vez en toda nuestras vida, increiblemente en el cuerpo de otro, seriamos realmente nosotros mismos...

la desesperacion: la consecuencia inevitable de comprimir tantas cosas tan fuertes, en algo tan debil como el alma, ese pequeña parte de uno que nunca deberia dejar de brillar...

el inconciente: donde se esconde nuestro verdadero ser, un componente esencial al que le cerramos las puertas para que no nos recuerde cosas que realmente no queremos enfrentar... ahora, que pasariamos si lo dejaras hablar?

besos, micka